Quiero que sepas que cada noche te veo, cada noche y cada día, despierta o dormida. No hay día que no recuerde algún momento junto a ti, que no recuerde cada abrazo o cada risa que vivimos juntas. Cada plato que me has puesto en la mesa con una sonrisa acompañada de un "Venga, come" o un "¿Cómo te ha ido el día?". Cada día que hemos estado sentadas juntas viendo esos programas de preguntas que te gustaban tanto, y cada cotilleo que te he contado mientras tu me mirabas con cara de "Pobre chica, lo que la queda por vivir..." pero tú me escuchabas, cada cosa que te decía y creo que has sido y serás una de las únicas personas que me ha escuchado cada segundo que la he hablado, y que con sólo escuchar mi tono de voz o verme la cara sabía si algo había ocurrido. Te echo tanto de menos yaya.
Desde hace un año que mi vida no es la misma, y sabes qué, me arrepiento de tantas cosas yaya...Me siento tan mal desde que te fuiste, porque al fin y al cabo no he sido tan buena nieta como debería haber sido. Si alguna vez te hice llorar o sufrir, o algo parecido, te pido perdón, porque no te mereces, merecías y merecerás nunca que alguien te haga daño. Desde hace un año, mi vida a cambiado por completo y es que todavía no me acostumbro a no oír tu voz, a no verte, a no ir a tu casa y entrar gritando "HOLAAAAA YAYA", no me acostumbro a estar sola en casa y que no suene el teléfono para ver como estoy, ni a pasar por tu casa y no subir ni llamar al telefonillo porque sé que no obtendría respuesta, no me acostumbro a que no estés.
Espero que cada escalofrío que me ha dado mientras he escrito esto hayas sido tú, dándome una caricia o un abrazo.
Desde hace un año que mi vida no es la misma, y sabes qué, me arrepiento de tantas cosas yaya...Me siento tan mal desde que te fuiste, porque al fin y al cabo no he sido tan buena nieta como debería haber sido. Si alguna vez te hice llorar o sufrir, o algo parecido, te pido perdón, porque no te mereces, merecías y merecerás nunca que alguien te haga daño. Desde hace un año, mi vida a cambiado por completo y es que todavía no me acostumbro a no oír tu voz, a no verte, a no ir a tu casa y entrar gritando "HOLAAAAA YAYA", no me acostumbro a estar sola en casa y que no suene el teléfono para ver como estoy, ni a pasar por tu casa y no subir ni llamar al telefonillo porque sé que no obtendría respuesta, no me acostumbro a que no estés.
Espero que cada escalofrío que me ha dado mientras he escrito esto hayas sido tú, dándome una caricia o un abrazo.
Te quiero.